Bienvenidos al sitio de la revista de la cooperativa El Álamo.

La Universidad de Buenos Aires sale al encuentro de la sociedad civil y se pone al servicio de los que más necesitan de profesionales de calidad dotados de una importante sensibilidad social. De aquí que se establezca esta relación con cooperativas y ONGs dedicadas a abordar el problema de la basura en un sector de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La revista “CONEXIONES.UNAMOSEPARANDO” , se hace cargo de la cuestión de la BASURA desde diferentes aristas: lo social, lo político, lo económico, lo medioambiental, etc.
Ponemos sobre relieve la basura como problema complejo, ya que además supone subjetividades que deberían ser re-pensadas y en ese sentido, re- significadas, como por ejemplo el cartoneo.
Somos articuladores de los saberes y sentidos presentes en la sociedad; y también facilitadores del diálogo público en la esfera pública, debido a que como comunicadores sociales tenemos un rol ético, social y práctico fundamental como colaboradores en construir ciudadanía.

RECICLADO

Las cooperativas reciben plástico, vidrio, cartón, papeles, latas de metal y tetra bricks. Es importante que estén limpios y secos para recuperarlos.

EL ÁLAMO

El Álamo es una de las distintas cooperativas que trabajan en la recuperación de residuos dentro de Capital Federal. Su área es la comuna 12.

CONTENEDORES

Uno de los contenedores que pueden verse por la Ciudad. Son útiles para desechar todo tipo de basura pero nadie los quiere enfrente de su casa.

DEUDA

Según la OMS, una ciudad debe contar con 10 m2 de espacios verdes por habitante para ser un buen entorno. Buenos Aires está en deuda: llega a 6 m2.

SEPARACIÓN EN ORIGEN

Una de las claves para gestionar adecuadamente los residuos es la separación en origen. De lo contrario pierden valor y exigen un mayor esfuerzo.

CONTAMINACIÓN

El riesgo que implica la invasión de los desechos en la vida diaria de las personas.

DESECHOS

Las cuencas de los ríos reciben desechos directa e indirectamente, y afecta a las poblaciones más vulnerables, que suelen establecerse alrededor.

¿Cómo maneja España el tema "basura"?

Por último, te dejamos el caso de España para finalizar nuestro recorrido sobre el manejo de la basura en la Unión Europea.
Por Diego Daniel Marghetich
El caso español refleja un despliegue positivo, consecuencia de la puesta en marcha de la normativa vigente en la UE. Es un ejemplo actual que nos demuestra cómo gobierno y empresas decidieron hacerse cargo de los residuos que generan las principales ciudades y su intenso consumo. El país se encuentra actualmente entre las diez naciones que más reciclan en Europa, y las compañías que lo hacen posible  encabezan algunos de los más importantes proyectos de tratamiento de residuos a nivel internacional, facturando al año un total de 5.270 millones de euros, lo que supone un 13% del mercado medioambiental, área que garantiza empleo directo a más de 140.000 personas, según la fundación Forum Ambiental. Además, en este proceso, las empresas españolas adquieren una experiencia que pueden exportar al extranjero con gran éxito.
España alcanza a reciclar un 70% de los envases y casi la totalidad del vidrio con avanzados Sistemas Integrados de Gestión (SIG), los cuales se organizan sectorialmente por grupos de productores, cooperando con otros operadores como ayuntamientos, comunidades autónomas, empresas recicladoras y de logística, para cumplir con las obligaciones que la legislación establece. Un ejemplo del modo en que funcionan estos sistemas es ECOEMBES, uno de los tantos SIG sectoriales que cuenta con 12.088 empresas adheridas (en su mayoría fabricantes de envases de plástico y cartón) que deben, por ley, hacerse cargo de sus productos en todo su ciclo de vida. Por otro lado, el área dedicada a la recolección selectiva de vidrio se encuentra en manos de ECOVIDRIO, otro SIG al que se encuentran adheridas más de 2.600 empresas. Sin embargo, donde mayor número de sistemas de gestión de residuos existe es en el sector de Aparatos Eléctricos y Electrónicos: los más importantes son ECOLEC y ECOTIC. El proceso de gestión de ambos es totalmente íntegro y efectivo, ya que soluciona el problema de acumulación de aparatos eléctricos y electrónicos de descarte: se llevan hasta los almacenes habilitados por las distintas empresas y se trasladan hasta los centros de reciclaje. De este modo, la separación de materiales permite que vuelvan a utilizarse en la fabricación de nuevos equipos.
España se destaca por ser la nación más activa en Europa en cuanto a Eco Diseño. Se han impulsado 28.500 medidas para fabricar envases sostenibles. Se adelanta a otros países al dar una solución integral a las baterías usadas, y ha puesto en el mercado novedosos modelos de reciclado de teléfonos móviles y medicamentos. Estos últimos son tratados dentro del sistema de gestión de residuos español (SIGRE) en el cual los medicamentos utilizados recorren el camino inverso al de su venta en las farmacias, ya que es ahí donde el propio ciudadano puede reciclarlos y es el mismo distribuidor del medicamento el que recoge el envase que ya no sirve y lo lleva a los 140 almacenes de distribución. De este modo se reducen elevados costos de logística y se evitan emisiones de dióxido de carbono.
En cuanto al tratamiento de la basura urbana, el país cuenta con una infraestructura relativamente madura que incorpora tecnología de punta. La experiencia doméstica dotó a las empresas españolas de diferentes conocimientos que el sector de residuos requiere para competir en el mercado internacional. España no sólo se destaca en la recolección de desechos sino también en el tratamiento y transformación de los mismos en otro material o energía. El protagonismo de este sector está en manos de compañías como Cespa y Urbaser, las cuales cubren toda la cadena de valor en la prestación de servicios medioambientales, desde la recolección, hasta su tratamiento y aprovechamiento energético. Por otro lado, la multinacional FCC Environment, una de las empresas medioambientales más grandes del mundo, cuenta con nueve plantas de tratamiento de residuos urbanos instaladas en España dedicadas a la clasificación y biometanización (valorización energética), además del tratamiento y aprovechamiento de biogás y de los residuos provenientes de las refinerías de petróleo. También se ha especializado en la gestión integral de residuos industriales de todo tipo: peligrosos, no peligrosos, reciclables, suelos y pasivos medioambientales (residuos que no fueron tratados a tiempo y continúan causando efectos nocivos en el medio ambiente). En la misma sintonía, la firma Ros Roca Environtec, reconocida internacionalmente por el tratamiento de basuras domésticas, se destaca por la recolección neumática, que consiste en conducir los residuos a través de una innovadora red de tuberías subterráneas, desde el domicilio del ciudadano o desde un buzón situado en la calle, hasta la planta de tratamiento, a la cual llegan separados por los propios consumidores, liberando las vías públicas de contenedores y la operatoria de recolección tradicional.
Al margen de los sistemas integrados de gestión y de las empresas que se encargan de la recolección, recuperación y revalorización, existen otras compañías clave en toda la cadena de valor: la gestión de los aceites industriales usados se encuentra a cargo de SIGAUS, una de las principales compañías que agrupan al 90 % de los productores del sector y que gestionó más de 63 mil operaciones de recolección de aceites usados, de las cuales el 71% correspondieron a pequeños productores ligados principalmente a talleres automotores y pymes, el resto a grandes productos, instalaciones industriales o gestores finales. De este modo, el aceite usado se puede regenerar, reciclar e incluso revalorizar.
Cada parte del sector productivo, industrial y laboral, cumple de esta manera una función colaborativa con otros sectores de índole gubernamental y no gubernamental ligados al reciclaje, ambos apoyados en una matriz jurídica actualizada que los compromete con la protección del medio ambiente y hace del sistema de tratamientos de residuos español uno de los más avanzados y con mejor visión a futuro.

Alemania y el manejo de desechos

Como segundo punto de nuestro recorrido por el manejo de la basura en la Unión Europea, pasamos al caso alemán.

Por Diego Daniel Marghetich

Dentro de la Unión Europea, Alemania lidera la aplicación de políticas en materia de reciclaje de residuos acorde con una conciencia medioambiental que se ha formado en las últimas décadas
Alemania tiene la gran ventaja de haber promulgado leyes especiales que regulan la financiación de la eliminación o el reciclaje de la basura: Cada habitante debe pagar un impuesto mínimo por año por la recolección de desechos.
A partir de la década del 70 entró en vigencia una ley para la separación de la basura. Pero fue recién en 1994 cuando se decidió implementar un sistema unitario para todo el país, con la aplicación de la Ley de Economía Circular y Residuos, la cual permitió especificar las reglas para cada uno de los Länder. Esto dio como resultado las diferencias que hoy existen entre diversas regiones alemanas. Hay zonas donde la gente puede arrojar el papel a la basura doméstica, pero en otras tienen que llevarse a puntos centrales, donde son recogidos por separado.
Uno de los grandes logros de la nueva ley fue la casi desaparición de los viejos vertederos y su reemplazo por plantas de incineración. También se creó un sistema de reciclaje que exige mayor responsabilidad tanto de los consumidores como de los productores. El Sistema Dual Alemán comprende a todos los embalajes de plástico, aluminio o metal que se recolectan en un saco amarillo. Lo importante es que en los empaques aparezca impreso el punto verde, que consta de un círculo con dos flechas en su interior. El signo indica que no sólo el consumidor, sino también el fabricante, están pagando una cuota para que los empaques sean recogidos y posteriormente reciclados. De este modo los productores también se hacen responsables de la financiación del reciclaje.
Gracias a la separación de los residuos, los alemanes han logrado que se recicle el 60 % de la basura doméstica, la que, según estadísticas oficiales, suma 452 kilos por habitante por año, aproximadamente 1,6 kilos por día.

Holanda y el manejo de la basura

Como primer ejemplo del tratamiento de desechos en la Unión Europea, les proponemos repasar el caso holandés. 
Por Diego Daniel Marghetich
Holanda es uno de los países europeos que se encuentra a la vanguardia del reciclado de desechos. Al contar con una superficie pequeña y una desarrollada conciencia ambiental, el gobierno holandés puso en marcha medidas para eliminar definitivamente los rellenos sanitarios. A su vez, el impulso ecológico encarado con solidez por las distintas políticas, creó las condiciones para que empresas del sector privado se incorporaran en forma colaborativa acatando las estrictas normas de protección medioambiental.
En la segunda mitad de la década de los setenta, el manejo de residuos se colocó en la agenda administrativa como una de las principales prioridades. Pero fue a partir de los noventa que la transición se llevó a cabo desde un pequeño sector, organizado a nivel regional, a donde se encuentra hoy: un sistema centrado y ligado al impulso de innovaciones en la materia, con orientación internacional.
La política de gestión de desechos holandesa está basada en cinco elementos fundamentales:
Residuos clasificados jerárquicamente. El enfoque holandés aplica una guía de principios iniciales: reducir – rehusar – reciclar
Estrictas normas para su tratamiento. Normas para la protección del suelo de rellenos y niveles de calidad del aire para la incineración
Una planificación a nivel nacional. Políticas públicas orientadas a la cooperación entre los diferentes niveles de gobierno, para definir pautas sólidas, su aplicación y cumplimiento. Para ello el gobierno nacional trabaja junto a las diferentes autoridades locales y regionales.
Responsabilidad extendida de los productores (REP). Los productores comparten la responsabilidad en el manejo de los productos al final de su vida útil. Esta responsabilidad es acordada y vigilada bajo una estricta legislación.
El uso de diversos instrumentos para estimular la prevención y el reciclado. Hay varios instrumentos financieros disponibles: impuestos sobre rellenos sanitarios o sistemas de tasas basadas en el volumen de desechos.

Los Países Bajos, especialmente, tienen una amplia experiencia en la extracción de biogás de los rellenos sanitarios y vertederos. El desarrollo de sofisticados sistemas de alta tecnología para la captura de biogás, permitió la extracción óptima de los gases nocivos producidos por los residuos en descomposición. La recuperación y depuración de gas se utiliza para generar electricidad e incluso para su aplicación en una red de gas natural.
Los desechos que no pueden ser reciclados se incineran para la generación de vapor a través de redes de calefacción centralizadas. Las plantas de tratamiento holandesas no presentan signos de riesgo en la emisión de gases tóxicos ya que las instalaciones cumplen altos criterios de eficiencia como recuperadores de energías.
Con el objetivo de minimizar las emisiones de gases dañinos, se han puesto en marcha sistemas avanzados de recolección y logística. Los contenedores terrestres de las zonas neurálgicas de Holanda fueron sustituidos por cámaras subterráneas, en las que los ciudadanos pueden depositar por separado papel, vidrio, plástico. Este sistema reviste una mayor eficiencia y un mejoramiento higiénico a nivel urbano.
Las técnicas de separación de residuos tienen por objetivo lograr diferentes categorías: residuos de la construcción, demolición, electrónicos, industriales, comerciales o domésticos pueden ser triturados, tamizados o mezclados para ser transformados en combustible sólido recuperado (CSR).

El tratamiento de residuos en Holanda no solo se encuentra en manos de empresas privadas. El gobierno tiene sus propias agencias destinadas al control y manejo de desechos peligrosos como la agencia gubernamental NL, que da soporte a todos los niveles de gobierno a través de asistencia técnica en el diseño de instalaciones de residuos y la elaboración de políticas de gestión de residuos. 

El manejo de la basura y su tratamiento en la Unión Europea: Avances y proyecciones

Por Diego Daniel Marghetich
Europa es un continente con hábitos muy desarrollados en cuanto al tratamiento de residuos en comparación con otras regiones del mundo. El manejo de residuos en países como España, Suecia, Suiza, Noruega, Alemania, Austria y los Países Bajos, es una industria que, además de contribuir con el cuidado del medio ambiente, genera empleos calificados y utilidades.
Las normativas establecidas por la Unión Europea en materia de manejo de residuos, señalan a las empresas industriales como principales responsables a la hora de garantizar un adecuado tratamiento de los desperdicios que generan, en una forma eficiente, segura y respetuosa con el medio ambiente. Gran parte de la legislación existente en la UE adopta un enfoque específico para cada producto, y regula sectores como el de envases, vehículos, baterías o aparatos eléctricos. En base al principio de “Responsabilidad del Productor”, estas leyes obligan a las empresas productoras o manipuladoras de determinados productos a garantizar su tratamiento satisfactorio una vez que llegan a la basura, así como también a pagar la gestión de estos residuos.

Avances y perspectiva para la región:
Las condiciones macro difieren entre regiones. Los expertos observan un declive de norte a sur y de este a oeste, lo que tiene que ver con la situación económica particular de cada nación, ya que no todos los países europeos tienen las opciones de valorizar todo tipo de desechos, además de depender de la cooperación entre ellos. En los países escandinavos, por ejemplo, donde predominan los climas fríos y con pocos recursos para la obtención de energía, la basura cumple un rol fundamental al dotar de calefacción a parte de sus habitantes. Estos países desarrollaron políticas intensas de reciclaje y eliminación de residuos, al punto de lograr deshacerse de la totalidad de sus desechos, situación que incluso les permite importar basura. En Suecia, según informes de la Agencia de Protección Medioambiental local, se llegaron a importar 800 mil toneladas de basura con el objetivo de convertirla en combustible. De lo que se incinera para la calefacción, se devuelven los desechos de metales pesados a su origen, que proviene en mayor parte de sus vecinos noruegos.
La Unión Europea fijó como meta para 2020 que los países integrantes deben llegar a reciclar el 50 % de los residuos domésticos. Según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), Alemania recicla un 62% y Bélgica el 58%. Estos países ya superaron la meta trazada, pero a muchos otros les resulta complicado llegar al objetivo establecido: España recicla cerca del 35%; Austria, otro país modelo de reciclaje, aunque no pertenece a la Unión Europea, recicla el 51% de la basura urbana y logra el 95% de reciclado de vidrio. Los Países Bajos, por su ubicación geográfica, como puerta de entrada en Europa y sus sistemas logísticos altamente desarrollados, pueden volverse un factor clave de imitación para otras regiones menos avanzadas del mundo. El sistema holandés logró reciclar más del 80% de sus residuos y las empresas advirtieron que las ganancias ambientales se lograrán uniendo esfuerzos para crear una cadena de producción sostenible.
La prevención y la reducción de desperdicios es la máxima prioridad del plan de gestión de residuos al que aspira la Unión Europea, el cual estimula la protección del medio ambiente sin distorsionar el mercado interior comunitario. Sin embargo, no hay una solución única que pueda aplicarse a todas las situaciones, pero la estrategia de la UE en la materia se fundamenta en una serie de principios básicos: la producción de residuos tiene que reducirse o, directamente, evitarse; la responsabilidad es del productor y quien contamina, paga; mantener la prevención, para anticiparse a posibles problemas potenciales; finalmente, los residuos deben eliminarse lo más cerca posible de su origen. Al mismo tiempo, por medio de diversas combinaciones innovadoras en el manejo de residuos y el desarrollo del eco-diseño se busca aumentar la competitividad de cada país en materia de producción basada en el reciclaje.

En los próximos días estaremos subiendo los casos de España, Holanda y Alemania, que nos ejemplifican lo que explicamos en esta introducción.

Vehículos Verdes


El continuo deterioro del medio ambiente impulsa a las automotrices a investigar y desarrollar energías alternativas para impulsar a sus vehículos.

Por Agustín Ferro.

El mercado de los autos eléctricos aún es reducido. Sólo medio millón de unidades vendidas hasta 2014 demuestra que estos vehículos aún no logran una aceptación masiva entre los usuarios particulares. Pero sus avances técnicos nutren y promueven el desarrollo de los vehículos híbridos (motores eléctricos y de combustión combinados), que tienen mayor inserción en el público. Con modelos súper exitosos como el Toyota Prius, sus ventas globales superan las 10 millones de unidades.

                               Imagen: Alan Trotter

Los motores eléctricos no consumen combustible y no emiten gases. Requieren un mínimo mantenimiento y suprimen el uso de filtros, lubricantes, refrigerantes y demás fluidos y elementos contaminantes. Además, este tipo propulsión cuenta con sistemas de recuperación de energía que actúan cuando se suelta el acelerador, utilizando la inercia y la fuerza residual de frenado para recargar las baterías.

En el caso de la propulsión híbrida, uno de los sistemas más difundidos, hace que la fuerza del motor de combustión se use, no para mover el auto, sino para cargar las baterías del motor eléctrico que finalmente impulsará al vehículo. 

En Latinoamérica, ni los híbridos ni los eléctricos tuvieron el éxito esperado. Su costo elevado para el promedio de las unidades que se venden en la región y la falta de una infraestructura de estaciones de recarga (la autonomía de estos vehículos es sensiblemente menor que la de los autos de combustión) atentan contra el uso extendido de este tipo de motores.

                                Imagen: Rudisillart

Sin embargo, existen proyectos como el de la Organización uruguaya Autolibre, quienes ofrecen un kit de conversión para reciclar vehículos convencionales y transformarlos en híbridos o eléctricos. Según esta asociación, el usuario promedio de automotores de combustión no recorre más 80 Km. por día. Con su equipo eléctrico más completo, se logran 200 Km. de autonomía y 140 Km. por hora de velocidad máxima. Estos sistemas de conversión cuestan entre 2000 y 7000 dólares. La carga completa se realiza en la red doméstica en 6 horas y puede usarse un cargador especial que reduce este tiempo a la  mitad. También ofrecen sistemas para recarga en base a energía solar.

Al mismo tiempo, en esta región son cada vez más los usuarios de motos eléctricas. En Argentina, la marca más conocida es de origen chino y se estableció en 2009. Aumenta sus ventas cada año y ofrece vehículos con una autonomía que va de los 50 a los 80 Km., los que pueden enchufarse en la red hogareña y lograr una carga total en 6 a 8 horas (con una recarga rápida del 80 % en 4 hs.). Luego, otras marcas (nacionales y extranjeras) comenzaron a ofrecer vehículos eléctricos, con lo que se amplió la variedad de precios y modelos. Existen en el mercado motos, ciclomotores, cuadriciclos, carros para discapacitados y mini autos, entre otras opciones.

                                Imagen: Selena NBH

Por otro lado, pequeños vehículos se usan en estadios, parques, canchas de golf, supermercados, fábricas y exposiciones en todo el planeta. Y no hay que olvidar que la mayoría de los trenes y subterráneos del mundo funcionan con energía eléctrica. También comienza a utilizarse la propulsión híbrida y eléctrica en maquinaria agrícola y transporte marítimo.


En una próxima entrega le contaremos cómo estos sistemas de propulsión se usan en automovilismo deportivo; y las iniciativas institucionales y corporativas que incorporan este tipo de vehículos a sus flotas.

Basura acumulada, salud perjudicada

Con la llegada de las temperaturas cálidas, aumentan los riesgos que genera la acumulación de residuos para la salud.

Por Agustín Ferro y Fernando Paz.

La basura es un problema en todo el mundo. Su recolección y disposición final genera múltiples conflictos y requiere de abundantes recursos económicos y naturales. Estos problemas se hacen más notorios en las ciudades, donde los desechos se depositan en las calles y contienen elementos más peligrosos y tóxicos que los residuos únicamente orgánicos. Además, la alta densidad de empresas, comercios y habitantes genera grandes cantidades de despojos. Se calcula que una familia tipo genera, en la Ciudad de Buenos Aires, entre cuatro y cinco kilos de basura por día.



Por otro lado, los factores laborales, logísticos, climáticos y políticos, entre otros, hacen que su recolección sea muchas veces deficiente, lo que genera la acumulación de los desechos en grandes montañas. Estos cúmulos se convierten en focos infecciosos que afectan al medio ambiente y son peligrosos para la salud del hombre y los animales. Con la llegada de las estaciones cálidas, estos riesgos aumentan.

El amontonamiento de basura genera un líquido llamado lixiviado. Este “jugo de basura”, además de contener sustancias tóxicas inorgánicas, favorece la proliferación de virus, bacterias y hongos, y se escurre hacia los desagües o se filtra a las napas subterráneas contaminando las fuentes de agua potable. El contacto con este fluido y la basura acumulada es sumamente nocivo y puede generar distintas enfermedades. Los más vulnerables son los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos. 

Entre las afecciones más comunes podemos mencionar:
- Gastrointestinales: producidas en general por la contaminación de alimentos y bebidas que fueron manipulados sin la higiene adecuada. También, por vía aérea, pueden ingerirse o depositarse sobre los alimentos microorganismos peligrosos.
- Micóticas: producen irritaciones en la piel y en ocasiones pueden dañar el pelo y las uñas. Son causadas por hongos que se generan en la basura que se acumula durante un tiempo en un espacio abierto.
- Respiratorias: se producen como consecuencia de la inhalación de aire contaminado por distintos virus, bacterias y sustancias tóxicas. Pueden perjudicar a los pulmones, generar asma y bronquitis, y es muy común que irriten los ojos y las fosas nasales.

Para evitar los riesgos para la salud hay que ser cuidadosos con la higiene. Si no puede evitarse el contacto con la basura (no sólo la que eventualmente se acumula en la vía pública, también hay que ser cuidadosos con los residuos en el hogar y los comercios), se deben usar guantes para manipular desechos, tachos, volquetes y contenedores; también es importante desinfectar las áreas de depósito de basura -incluyendo pisos y recipientes, tanto en el hogar como en la calle-, y lavarse muy bien las manos luego de tratar con los residuos.


También conviene separar los residuos entre secos (papel y cartón, plástico, vidrio, envases, baterías, etc.) y húmedos (restos de comida, desechos de animales, sustancias orgánicas, etc.) ya que esto genera una basura más “limpia” dado que disminuye el lixiviado y colabora con los recuperadores y la disposición final en los rellenos sanitarios.

David King: “El cambio climático obliga a rediseñar las ciudades del futuro”.

Las ciudades deberán diseñarse con más claridad, teniendo en cuenta los cambios ambientales y además impulsando condiciones para que las personas ejerciten su conciencia ambiental.

Por Daniela Sofía Jofré

David King, Representante Especial para el Cambio Climático del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, desarrolló una serie de conferencias en las cuales explicó que el cambio climático está obligando a rediseñar las ciudades del futuro.

Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Estos cambios se producen sobre todos en los parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. El cambio climático, además, es uno de los problemas ambientales más graves al que nos enfrentamos, porque amenaza a los ecosistemas mundiales, comprometiendo el desarrollo sostenible y el bienestar de la humanidad.

King advirtió que para el año 2050, el 70% de la población mundial vivirá en las ciudades y ante escenarios de cambio climático severos, las alcaldías se verán obligadas a rediseñar estos espacios urbanos para que se adapten a las nuevas condiciones ambientales. Por otro lado, agregó: “Se nos presenta una oportunidad para innovar, si lo logramos, el futuro de las ciudades será sostenible, bajo en carbono y enfocado al bienestar del ciudadano”.



Según lo indicado por el mapa “Dinámicas Humanas del Cambio Climático”, elaborado por el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, se prevé un incremento en la temperatura promedio de 4 °C en Centroamérica y en días calurosos de verano podría llegar hasta los 6 °C en Asia, Europa y Norteamérica. El panorama expuesto podría provocar, si continúan los actuales patrones de consumo de la población, un impacto directo en los ecosistemas, el cual tendría como resultado una deficiencia en la disponibilidad de los recursos naturales para solventar las necesidades de los habitantes de las distintas zonas del planeta.

El mapa muestra ilustraciones haciendo hincapié en las regiones que se encuentran conectadas a nivel comercial y cómo el cambio climático puede afectar la economía a nivel mundial, repercutiendo con bajos rendimientos de cultivos, sequias e inundaciones. También se muestra cómo muchas regiones del mundo con escasez de agua podrían enfrentarse a un aumento en la frecuencia y duración de las sequías. Esta situación repercutiría en una mayor demanda de agua para la agricultura y para el consumo de la población creciente.

Los estudios científicos muestran que el planeta se tendrá que enfrentar a desastres humanos y naturales irreversibles si sus habitantes no se comprometen a buscar soluciones y ponerlas en práctica lo antes posible. El bienestar del hombre debe, además, disociarse del simple consumo para así poder sobrevivir y adaptarse a un planeta en condiciones de cambio climático constante.

El cambio climático en números:

-          Durante los tres últimos decenios, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron a una media de 1,6% anual. El mayor incremento se registró en los sectores de energía y transporte.
-          La concentración atmosférica de CO2 aumento más de un 30% desde los tiempos anteriores a la Revolución Industrial.
-          La temperatura media mundial aumentó en 0,6°C a lo largo del siglo XX
-          En la última década del siglo XX, los desastres naturales relacionados con las condiciones meteorológicas produjeron 600.000 muertes en todo el mundo, el 95% de ellas en países en vías de desarrollo.
-          La escasez de agua afecta actualmente a un 40% de la población mundial.
-          De los 50 glaciares que Argentina y Chile comparten a lo largo de la cordillera, 48 están retrocediendo.

Fuentes: Organización Mundial de la Salud, Organización de las Naciones Unidas, Organización Meteorológica Mundial.

Modesta: innovación, creación y compromiso

Desde el año 2012 las co-fundadoras de la marca diseñan objetos a partir de la reutilización de bolsas plásticas.

Por Camila Pérez 

Muy lejos del concepto frívolo de la moda, MODESTA logra crear bellos objetos de diseño y asumir al mismo tiempo un compromiso ambiental atendiendo uno de los problemas que más preocupa en la actualidad: las bolsas plásticas. Hoy en día este objeto, entregado indiscriminadamente cada vez que compramos algo por mínimo que sea, encuentra rápidamente su destino en la basura, cuando no volando por las calles, atorada en algún árbol o flotando en los cursos de agua.

“Modesta no sólo es una marca, es una actitud. Es amor por lo que hacemos”. Así definen Paula Ckroü y Emiliana Carricondo, amigas y co-fundadoras del proyecto, el compromiso que encaran día a día desde aquella vez que la problemática de la basura las tocó.   



Paula Ckroü es diseñadora en comunicación visual y diseñadora de indumentaria. Emiliana Carricondo también es diseñadora en comunicación visual y especialista en educación, imágenes y medios. En 2008, mientras viajaban por la autopista Buenos Aires-La Plata, vieron un reclamo vecinal que llevaba varios días ante la instalación de un relleno sanitario (CEAMSE) en una zona verde de recreación y empezaron a pensar qué podían hacer. “Comenzamos a investigar qué pasaba con los desechos una vez que salían de nuestras casas, cuáles de los materiales ya tenían su circuito de reciclado y cuáles no, cuánto tiempo permanecían en la tierra y qué efectos traían al medioambiente, y así nos interesamos más en la problemática de la basura y en la importancia de las acciones de cada uno de nosotros. Así surge MODESTA”.

Para hacer un diseño reciclan entre 50 y 100 bolsas plásticas, lo que implica un gran trabajo de acopio, acondicionamiento y clasificación. Reciclan y utilizan polietileno de alta (2) y baja densidad (4). Esto incluye bolsas plásticas de regalerías, tiendas, del súper, indumentaria, packs de colchones, packaging, pañales, films 
de empaques y poliburbujas, entre otros.

El material se recibe limpio, y una vez recibido se clasifica, se separa y se corta. “Obtenemos un material nuevo generado a partir de la fusión del polietileno. Los diseños y colores que presenta no están pintados, se componen con los colores propios del material que se recicla y llevan nuestra impronta y expresión”, cuentan las diseñadoras. “Transformamos la basura en belleza, en metros de tela”. Esta “tela” plástica resultante tiene las propiedades del material que reciclan: es impermeable, liviana, resistente y durable. “Las personas primero ven la belleza de nuestros productos, sus colores, su morfología, y se sienten atraídos por las texturas. Una vez que descubren de qué se trata, la reacción es de sorpresa y de motivación, y se suman doblemente a nuestro concepto”. Cada pieza se concibe como una pieza única. Un objeto MODESTA® es  único, personal e irrepetible.

Reconocen que hoy el consumidor cambia sus hábitos, participa, es más atento y cuestiona la procedencia de los productos que consume. Creen en la importancia de las acciones tomadas por parte del Estado, las empresas, asociaciones, cooperativas y de la sociedad en general. Y como bien lo expresan las diseñadoras,  “la construcción de una nueva economía, en donde la rentabilidad no sea a expensas de la explotación del medio ambiente o las personas, requiere del compromiso y el cambio de todos los actores sociales”.

Para poder participar del proyecto, Paula y Emiliana nos invitan a sumarnos a MODESTA no sólo comprando sus productos, sino también entregando bolsas plásticas que ya no se usen, proponiendo un nuevo punto de acopio o participaciones en eventos.
                                                                                            
Para más información:
www.tiendamodesta.com.ar
info@tiendamodesta.com.ar
http://www.facebook.com/TiendaMODESTA 
Twitter @TiendaMODESTAar

¿Comer mejor ayuda a reducir los residuos?

Les dejamos esta interesante nota de Conexión Brando sobre un consumo responsable de alimentos. En la misma, además de los datos sobre la cantidad de comida que se desperdicia por día, nos dan algunos tips para aprovechar de otra manera lo que comemos cada día. Con esta ayuda podemos comer mejor y contaminar menos...


Se come y no se tira: ¿cómo hacer menos basura comiendo mejor?

¿Quién dijo que el corazón de la manzana no se come? ¿Para qué pelar las zanahorias? Gran parte de lo que desechamos de frutas y verduras no es desperdicio sino alimento. Cómo hacer menos basura comiendo mejor 

¿Quién dijo que el corazón de la manzana no se come? ¿Para qué pelar las zanahorias? Gran parte de lo que desechamos de frutas y verduras no es desperdicio sino alimento. Cómo hacer menos basura comiendo mejor

Por Ariana Perez Artaso

Comida es eso que se come y basura lo que se tira, dicta el sentido común. Pero esta división viene con la trampa que suele encerrar el menos común de los sentidos. Y algunos datos duros obligan a repensarla: según la FAO (conocida como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cada año se desecha un tercio de la comida producida en todo el mundo para consumo humano, es decir, más de un billón de toneladas. Suena a mucho porque efectivamente lo es. 
Siguiendo con las cifras, se estima que en Estados Unidos se desperdicia alrededor del 40% de los alimentos comestibles. Por estas latitudes, un estudio de 2011 del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Facultad de Ingeniería de la UBA y del Ceamse indicó que en la ciudad de Buenos Aires se tiran entre 200 y 250 toneladas de alimentos por día que podrían ser reutilizados en 550.000 raciones de comida.  
De esto se desprenden, al menos, dos grandes problemas: el desecho de tamaña cantidad en contraste con el hambre de millones y millones a nivel mundial, y la contaminación que genera al descomponerse (emite dióxido de carbono y metano). El grueso de estos desperdicios aparece en el momento mismo de la cosecha. Le siguen su procesamiento, su almacenamiento y su distribución. Otro punto es el descarte por apariencia, en el que toda fruta u hortaliza "fea" (muy grande o muy chica; rugosa o siamesa) simplemente se deja de lado, como también los productos con defectos en el envoltorio o en el envasado. Al final de la larga cadena, aparecemos los consumidores, que agrandamos la montaña de basura evitable con hábitos que arrastramos desde hace demasiados años. 
Claves para aprovechar mejor los alimentos
Manzanas y peras. Están quienes se comen la manzana entera para ahorrarse el trámite de tener que acercarse a un tacho de basura para tirar el corazón. A veces estos gestos de vagancia pueden contribuir a un consumo más responsable. Algo que desde el sitio Food Beast -que reúne datos y noticias del universo culinario mundial- se recomienda con un video titulado "How to Eat an Apple Like a Boss" (Cómo comer la manzana como un jefe). La idea es simple: en lugar de comer la fruta desde sus costados, hay que hacerlo de abajo hacia arriba (o viceversa), incluido su centro. Las semillas tienen un sabor almendrado muy agradable. Lo mismo con la pera. Su núcleo es tan blando que no vale la pena desperdiciarlo. De esta manera, se aprovecha un 30% más de cada fruta.  
Zanahorias. El destino de algunas verduras suele ser envejecer en el cajón de la heladera. Cuando esto pasa con una zanahoria, pocas cosas quedan por hacer: el paso del tiempo hace que pierda su dureza y sea muy difícil de pelar o rallar. La resolución más fácil suele ser desentenderse y dejarla ir. Error: no hace falta más que ponerla en agua por unas horas y listo, absorbe el líquido perdido y queda como nueva. 
Alcaucil. Sí, es cierto, su corazón es lo más rico, pero los platos que solo incluyen esta parte son un símbolo de mezquindad: ¿qué pasa con el resto? Termina en la basura. Vayamos contra esta abominación. El alcaucil se come entero o no se come. Y con esto hablamos también de su tallo. Que así sea. 
Brócoli, coliflor y espárragos. Otras verduras largamente incomprendidas. No hay razón para desechar sus troncos, solo es necesario tener paciencia y cocinarlos un rato más. Se los puede incluir en tortillas, guisos, sopas, ensaladas, en fin, donde gusten. 
Cebollas de verdeo y puerro. Si bien se puede comer toda la planta, por lo general en ambos casos se usan solo sus hojas verdes. Lo que pocos saben es que si se lleva el bulbo (donde crecen las raíces) a un vaso con agua, la planta se regenera y así se puede volver a usar unas tres veces más. 
¿Quién dijo que el corazón de la manzana no se come? ¿Para qué pelar las zanahorias? Gran parte de lo que desechamos de frutas y verduras no es desperdicio sino alimento. Cómo hacer menos basura comiendo mejor

Frutas maduras. Nunca falta el que confunde un damasco maduro con uno podrido. Equivocación imperdonable. Las frutas maduras son las más dulces y resultan ideales para hacer dulces o tortas. 
Cáscaras. Seguro que ya lo escuchaste y todavía no te convence, pero es así: no hace falta pelar papas, zanahorias, berenjenas ni calabacitas. Con lavarlas bien alcanza. En su piel se encuentra la mayoría de sus propiedades -como fibras y vitaminas- y le da un plus de sabor a cualquier preparación. Como todo (o casi), es cuestión de acostumbrarse. Un dato curioso es que el 12% del peso total de una banana corresponde a su cáscara. No pretendemos que la comas (aunque algunos lo hacen), pero saber que se puede usar para ablandar la carne y conservar su jugo mientras se la cocina, o para hacer té, no está de más. 
Sobras. A no ser tan cómodos. Si algo sobra, se reutiliza (el tomate y la cebolla de una ensalada bien pueden ser parte de una salsa) o se congela para comerlo más tarde -el pan a la cabeza-. Lo mismo cuando se va a un restaurante. Llevar lo que no llegaste a consumir te salva después y achica la cantidad de comida descartada por el local. 
Cabe preguntarse si el reaprovechamiento de estos alimentos es capaz de reducir la cantidad de comida que pasa rápidamente a ser basura. La realidad es que a gran escala no, pero como se dice, todo suma. Además, mejorar la forma de consumir los alimentos es una buena manera de cuidar el bolsillo. A fin de cuentas, desperdiciar menos es gastar menos y formar parte de los que algunos vislumbran como el inicio del cambio. 

Recolección de basura a precio de oro

En esta nota de Página 12 se expone otra de las aristas que rondan la cuestión de la basura: los cuantiosos gastos que se destinan y la lógica económica que hay por detrás. En este caso, quedan en evidencia los beneficios que el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires le otorga a las empresas privadas y el uso creciente de recursos públicos a un nivel que se ubica dentro de los más altos del mundo.

"Recolección de basura a precio de oro"
 

Será uno de los más caros, tanto en términos nacionales como internacionales. De acuerdo con la comparación realizada por legisladores de la oposición, Madrid gasta aproximadamente la mitad por habitante.

Por Werner Pertot

El nuevo contrato de la basura que lanzó ayer el gobierno de Mauricio Macri será uno de los más caros, tanto en términos nacionales como internacionales. El precio de la licitación al comienzo es de 1239 pesos por habitante. Un distrito similar en población en Europa, como Madrid, gasta la mitad, 660 pesos por habitante, y ofrece más servicios que los que les darán las empresas privadas a los porteños. La comparación con otras ciudades argentinas tampoco favorece a la gestión PRO: Córdoba destina 775 pesos por habitante y Rosario, 398 pesos. Los datos surgen de un trabajo que realizó el dirigente del GEN porteño Martín Hourest, quien lanzó una campaña que se titula “Que no tiren tu plata a la basura”.

El costo del contrato de la basura viene creciendo exponencialmente desde el comienzo de la gestión PRO, a fuerza de redeterminaciones de precios. Desde el macrismo, argumentaban que el contrato estaba vencido y ellos se limitaban a aplicarlo. Luego de varias postergaciones, en noviembre del año pasado, finalmente les adjudicaron la limpieza de la ciudad a seis empresas privadas, mientras que el Ente de Higiene Urbana estatal se seguirá haciendo cargo de la zona testigo.

El nuevo contrato tiene un costo inicial de 28.168 millones de pesos en diez años: por año, son 2816 millones de pesos (el 6 por ciento del presupuesto total), aunque es seguro que habrá nuevas redeterminaciones de precios. Hourest hizo un análisis comparativo con otras ciudades para mostrar la diferencia de costos de los contratos de la basura:

CABA: 1239 pesos por habitante.

Córdoba: 775 pesos por habitante.

Madrid: 660 pesos por habitante.

Rosario: 398 pesos por habitante.

Todos los datos son de junio de 2013, momento en que se adjudicaron los costos sobre los que las empresas pedirán ajustes por inflación en un futuro no muy lejano. El costo de limpieza de Madrid –que está a cargo de un ente estatal– en ese momento era de 95 euros (convertidos a 7,05 que era el cambio del euro el 24 de junio de 2013). El hecho de que el costo de Madrid sea más bajo es significativo también porque la Dirección General de Zonas Verdes, Limpieza y Residuos ofrece algunos servicios que las empresas argentinas no harán, como “limpiezas especiales motivadas por graffiti” o “reposición de bolsas biodegradables”, entre otros.

En la comparación de Hourest, el contrato de Córdoba también resulta ser más barato que el porteño, pese a que fue denunciado por Luis Juez ante el Poder Judicial por el presunto delito de cobro de dádivas por parte del intendente Ramón Mestre a la empresa ERSA, que maneja parte de la recolección de residuos. Así y todo, la cifra por habitante no se acerca a lo que paga el Gobierno porteño.

Hourest recuerda que, además, la gestión de Macri decidió financiar la compra de los nuevos camiones que debían hacer las empresas privadas, pese a que se cambió el contrato de 5 a 10 años para que las empresas amorticen esa compra con fondos propios. El financiamiento de los camiones fue aprobado junto con la última ampliación presupuestaria y asciende a 1312 millones de pesos que el Gobierno porteño les adelantó a las empresas sin ningún tipo de interés o cambio en el contrato. “Le estamos dando ganancias extraordinarias, pero además financiamos sus camiones con recursos públicos. Todo está financiado por la gente”, advierte Hourest.

“Tenía más sentido discutir una administración estatal. Los argumentos del PRO eran la tecnología de punta de los camiones de las empresas privadas. Pero esta discusión se fue al demonio cuando la financiaron con 1300 millones de pesos del Estado. Y no les rebajaron el precio por eso”, afirma. “Dentro de un par de semanas van a empezar las redeterminaciones de precios. Te van a decir el sueldo de los camioneros subió tanto, como si todos los otros elementos de la ecuación no se los estuviera financiando el Estado”, indica el ex legislador porteño, quien advierte que esos fondos se financiaron con la toma de deuda con bonos dollar link, “que significaron para la ciudad un costo anual financiero del 60 por ciento”. Por este motivo, Hourest denunció penalmente a Macri y otros funcionarios porteños.

Fuente

Basura electrónica: ¿qué hay detrás del boom tecnológico?

Alguna vez, ¿la gente para a pensar qué pasa con sus teléfonos y computadoras cuando quedan obsoletos y los desechan para comprar uno nuevo? La sociedad no está realmente informada sobre el daño que genera la basura electrónica en el medioambiente, a dónde acercarla o qué hacer para reducir la contaminación.

Por Mariana Hernández

En los últimos años, la globalización se ha expandido de manera impresionante. Hoy en día, la información que emiten los medios tiene un alcance mundial. Entre los muchos impactos que producen los medios en la sociedad, uno de los mayores es el de imponer modas. La última tendencia que se impuso de manera radical es el uso de los dispositivos electrónicos. Hace unos años, las computadoras y los celulares estaban destinados a gente de recursos. Hoy en día son moneda corriente y los usuarios los cambian por otros más nuevos a la velocidad de la luz.

Además, no es una tendencia fácil de evadir. Muchas madres prefieren que sus hijos tengan celular para poder contactarlos, muchas empresas otorgan celulares gratuitos con el fin de poder ubicar siempre a sus empleados; es, básicamente, la diferencia entre estar o no al alcance de un botón. Pero deberíamos preguntarnos, ¿qué pasa con los celulares y computadoras que van quedando obsoletos? Se convierten en basura. El gran problema es que la gente no se detiene a pensarlo. Si bien la solución no es dejar de consumirlos, ya que realmente tienen gran utilidad, sí se podría frenar un poco la rapidez de la obsolencia. Si alguien en vez de conservar su teléfono celular solo un año y medio, lo conservara tres o cuatro años, la contaminación por residuos electrónicos se reduciría drásticamente.

Por otro lado, no es realmente necesario tener el último teléfono, computadora o consola. Para comunicarse, se puede utilizar tanto un teléfono del 2014 como uno de 1998. ¿Por qué, entonces, hay tantos teléfonos desechados?  La respuesta es lo mencionado primeramente: la difusión de los medios. Al ir ganando usuarios, las empresas de electrónica comenzaron a lucrar con la utilidad de sus dispositivos. Hace tiempo que ya no son exclusivamente para comunicarse. Hoy por hoy sirven tanto para jugar como para compras online e incluso para difusión de ideas propias. Es por esta difusión que se crea la irreal necesidad de estar “actualizado”, sin pensar en el precio que paga el ambiente cada vez que un usuario se actualiza.



Sabemos que una de las basuras que más daña y contamina el medioambiente es la basura electrónica. Una sola pila desechada puede contaminar 600 mil litros de agua. En Argentina, cada año se producen 1 millón de computadoras, 500 mil monitores y se venden, en promedio, 1 millón de celulares de cada modelo. Cada pocos meses se pone de moda un teléfono nuevo, con nuevas funciones y se descartan los viejos. No todos los componentes de los celulares y computadoras son reciclables, por lo que la creciente contaminación alarmó a organizaciones defensoras del medioambiente como Greenpeace. Si bien intentaron poner en práctica una Ley de Residuos Electrónicos, en 2012 Greenpeace informó que dicha ley había “perdido estado parlamentario”, por lo que no hay quien diga qué hacer con dichos residuos.

¿Qué hacer, entonces, con la basura electrónica? Lo más conveniente para ayudar a evitar la contaminación es contactarse con alguna ONG para que utilice los residuos en sus programas de reciclaje. No solamente la basura electrónica, cualquier tipo de basura que pueda reciclarse supone una enorme diferencia para nuestro castigado medioambiente. Muchas ONG realizan estos programas, algunas pueden ser:

-Red Reciklar
Humboldt 169.RamosMejia
Tel: 4658-4576
www.reciklar-rehusar.com
-Scrap y Rezagos S.R.L. 
Ecuador 462, Ciudad de Buenos Aires.
Tel: (15) 6372-6760 o 4139-8229.
info@rezagos.com
-Compañía La Toma del Sur 
Ricardo Gutiérrez 858, Avellaneda.
Tel: 5293-1862 o 4229-9947.
cooplatomadelsur03@yahoo.com.ar
-Equidad Fundación Compañía Social
Piedras 1384, Ciudad de Buenos Aires.
Tel: 4307 8150.
www.equidad.org
-Silkers
Camino General Belgrano Km. 10.500, Quilmes.
Tel: 4270-1735.
info@silkers.com.ar
-Ecovolta 
Red de contenedores donde reciben pilas usadas en 
www.ecovolta.org.ar
-Dónde reciclo
www.dondereciclo.org.ar

  • Fuentes:

·http://es.wikipedia.org/wiki/Elephantidae
·http://www.buenastareas.com/ensayos/Basurales-En-Argentina/4980936.html
·http://www.telefenoticias.com.ar/es/news/tecnologia/20130905/que-hacer-con-basura-electronica/21406.shtml
·http://tecnologiaverde1.blogspot.com.ar/2010/11/aparatos-electronicos-amigables-con-el.html
·http://diarioecologia.com/%C2%BFcuanto-contamina-una-pila/
·http://www.ambiente.gov.ar/?idarticulo=1335
·http://www.igc.org.ar/megaciudad/N3/Residuos%20Solidos%20Urbanos%20CAMARCO.pdf
·http://www.greenpeace.org/argentina/es/campanas/contaminacion/basura-electronica/
·http://www.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-en/Parar-la-contaminacion/Electronicos/

“Pugedon”, la máquina que recicla y ayuda animales


El nuevo mecanismo que busca reciclar plástico y a su vez brindarle comida a animales que deambulan por las calles.

Por: Daniela Sofía Jofre

Se calcula que en Turquía hay aproximadamente cien mil gatos y perros callejeros deambulando, por esta razón se creó “Pugedon, SmartRecycling Box”.  La creación le pertenece a la compañía Pugedon y es patrocinada por YücesanWagon Co. y la Asociación Vida Ecológica Oliva.

Pugedon innovó en muchos sentidos en cuanto al reciclado y cuidado de animales. Esta máquina se encarga de reciclar y a su vez, alimentar. Lo primero que se debe hacer es echar el agua que sobra de la botella en un hueco que posee esta máquina, luego se tira la botella en otro, esta misma va a servir para ser reciclada, y al mismo tiempo, sustenta el costo del alimento que expide la máquina. Por lo tanto cada vez que se coloca una botella, la maquina otorga comida y agua para que un perro o gato callejero pueda alimentarse. El mecanismo es muy sencillo y los creadores afirmaron que no supone mayor gasto que el de la administración.

Los objetivos que llevaron a cabo el proyecto fueron el de mantener a la ciudad más limpia, fomentar el reciclaje, ayudar a los animales abandonados, crearles una alerta a las autoridades y a los ciudadanos mostrándoles la cantidad de animales en situación de calle, y hacerlos visibles para que así se fomenten las adopciones. Una buena idea para empezar a hacer un cambio.



No tengo tiempo para separar la basura...

Por Ángeles Lafuente.

Muchos creen que ocuparse del problema de la basura es perder tiempo, que están demasiado ocupados para dedicarse a separarla e incluso que no tiene sentido hacerlo. Pero, ¿realmente es inútil la separación de basura en origen? ¿O hace una diferencia a tener en cuenta?

La basura es un gran problema que enfrentan muchas ciudades del mundo y Buenos Aires no es la excepción. Entre los residuos de C.A.B.A. y las diferentes localidades del conurbano, el relleno sanitario CEAMSE funciona al límite de su capacidad; desechamos cada vez más rápido y más cantidades de lo que tardan en degradarse los residuos. La principal solución es descartar menos residuos y, necesariamente, reciclar.

El reciclaje permite reutilizar mas del 60% de las cosas que consumimos (botellas, latas, papel, cartón, etc.) reduciendo a más de la mitad la cantidad de basura que se tira por día por persona. Separando en dos recipientes diferentes los materiales orgánicos de aquellos reciclables, no sólo reintroducimos materia prima en el circuito económico, sino que además le damos un respiro a la naturaleza.

Ahora, ¿cuánto hay que sacrificar para lograrlo? Nada. Simplemente es necesario que al momento de tirar algo, elijamos entre el tacho de “residuos” y el de “reciclables”. Este proceso de separación de basura en origen cuesta cada vez menos con el hábito y la costumbre. Cuanto más acostumbrado esté uno a tirar en uno u otro recipiente lo que se consume, menos lo identifica como un esfuerzo. Si en cada hogar hay tachos diferenciados, se hace un aporte importante. Si a eso le sumamos las escuelas, espacios públicos, comercios, bancos, etc., estaríamos logrando un cambio fundamental. Sin embargo, para llegar a la meta, hay que comenzar.

Una vez que existe la voluntad de separar lo reciclable de lo desechable, el problema aparece cuando no se tiene un circuito accesible para llevar los materiales reutilizables a donde corresponde. Aquí es importante remarcar proyectos como el del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de las “Campanas Verdes”, concientizando sobre la separación de basura en origen y facilitando el separado.

El proyecto del Jefe de Gobierno de la Ciudad busca cumplir con la Ley de Basura Cero (N°1854), que se basa en un principio de reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos, con plazos y metas concretas, por medio de la adopción de un conjunto de medidas orientadas a la reducción en la generación de residuos, la separación selectiva, la recuperación y el reciclado. La meta a alcanzar es la reducción de un 75% de los residuos ambientalmente nocivos para el 2017 (tomando como base los niveles enviados al CEAMSE durante el año 2004), lo que conllevará a una disminución de la cantidad de desechos a ser depositados en rellenos sanitarios.

En dicha ley se prohíbe también para el año 2020, la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables. Este tipo de proyectos cobran valor cuando se considera su ausencia en muchos otros espacios geográficos, dado que por más predisposición del ciudadano a separar, sin un gobierno que genere facilidades para la recuperación de los materiales reutilizables, la separación de basura en origen pierde efectividad.

A pesar de que no en todas las localidades de C.A.B.A. y el conurbano hay un sistema de recolección, ni un proyecto similar al implementado en determinadas comunas de la Capital, separar la basura tiene varios efectos positivos. El primero y más obvio, es la reducción de residuos que se envían a los rellenos sanitarios. En segundo lugar, permite la reincorporación de materia prima útil en el circuito productivo y comercial, lo que disminuye los costos de producción de diversos productos. También, hay un aumento del empleo porque un proyecto así requiere de una importante cantidad de mano de obra para la recolección, separación por materiales, reciclado y su administración. Por último, la satisfacción personal que trae participar de un proyecto positivo: el placer que genera hacer un bien por el medio ambiente, por uno mismo y por todos los que vivimos en el mismo espacio es único e invaluable. Por lo tanto, la separación de basura en origen no cuesta ni tiempo ni dinero, pero nos trae más beneficios que los que podríamos pensar.

Fuente: 


Tecnologías aplicadas a residuos

Por Diego Marghetich

Las recientes investigaciones y avances científico-tecnológicos en el tratamiento de desechos resultan de gran ayuda a la hora de facilitar y clasificar los distintos tipos de materiales, contribuyendo a su moderación y reutilización. A su vez, buscan lograr una mayor concientización sobre el cuidado del medio ambiente.

Un ejemplo de esto los constituye el  RFID (Radio Frecuency Identification), un sistema integrado de identificación por radio frecuencia que se ha potenciado en el sector del manejo de la basura. La identificación por radiofrecuencia trabaja con etiquetas que se colocan en los tachos de basura y un lector de RFID que va en el camión de residuos, de manera que pueden ser rastreadas. De este modo, se puede saber cuándo y dónde se está recolectando la basura. Este sistema permite trazar una ruta con el recorrido y conocer cuánta basura produce cada sector de la ciudad. A su vez, se instalan contenedores diferenciados de basura entre los que son destinados para material reciclable y los que no, permitiendo un avanzado control sobre las áreas que reciclan.

Un aporte importante del RFID es que, debido a su manera de analizar la recolección, permite mejorarla ya que proporciona estadísticas exactas sobre la cantidad de basura producida. De este modo, en las áreas donde el reciclaje es muy bajo, la ciudad puede investigar por qué esto sucede y crear programas informativos y de concientización para lograr así una mayor participación ciudadana. El RFID se está implementando actualmente en importantes centros urbanos de los Estados Unidos, como Los Ángeles.

Entre los residuos, un caso especial se presenta en el reciclaje del plástico, cuya tarea se realiza a mano y demanda mucho tiempo. Sin embargo, el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) de la Comunidad Valenciana, en España, está trabajando en un proyecto llamado DESCONTAPOL  que busca posibilitar nuevos modos de reciclado a través del desarrollo de una tecnología que permite acelerar el proceso de clasificación del plástico y mejorar los existentes.

Este sistema hace uso de la luz fluorescente. Diversos sensores son capaces de medir la fluorescencia, y según la duración de la misma es posible determinar el tipo de plástico, lo cual ayuda a que pueda ser clasificado y reciclado rápidamente. El objetivo principal es eliminar las sustancias críticas contenidas en los plásticos reciclados, las cuales limitan o imposibilitan su aplicación adecuada post consumo. Por ejemplo, el material plástico con olores o elementos críticos que afectan a la capacidad de resistencia del mismo.

Si bien este proyecto por un lado busca ampliar los mercados a los que se dirige actualmente la producción de plásticos reciclados (industrias como la del envase, agricultura, automotriz, electrónica) por el otro, reducirá el porcentaje de plástico que termina inutilizado y fuera del proceso de clasificación, reduciendo así los niveles de contaminación.

Respecto a esto último, en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, están experimentando a través de un sitio web llamado “WeRecycle” que muestra las cantidades y zonas que reciclan partiendo de la hipótesis de que no todos los consumidores guardan sus botellas de plástico para luego arrojarlas en depósitos especiales. La investigación busca prevenir la desorganización en la recolección instalando en cada contenedor de basura lectores GPS que envían señales indicando cuántas botellas de plástico han sido arrojadas en una zona específica. De esta manera, toda la información es recolectada y publicada en su sitio de internet, permitiendo la visualización de un mapa online dónde se encuentran los contenedores de basura más accesibles. Cada contenedor cuenta con un índice de reciclaje y tienen una aplicación de Android para poder encontrar los centros de reciclaje más cercanos.




El reciclaje de residuos en general no es una tarea sencilla y demandará mucho tiempo dependiendo del grado de concientización que alcance la población de cada país. A su vez, podemos advertir que si contamos con la implementación de nuevas tecnologías para mejorar estos procesos y una investigación adecuada, los resultados positivos pueden llegar en el mediano plazo, todo depende de las decisiones que se tomen a futuro.


Galería

Get the flash player here: http://www.adobe.com/flashplayer
Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil - Universidad de Buenos Aires. Con la tecnología de Blogger.